¿Cuáles son los gastos ocultos al comprar una propiedad?
Entre impuestos, tasas y honorarios, hay que saber que el costo total de la operación siempre va a exceder el precio que se está pagando por el inmueble.
*20 de agosto de 2025*
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La compra de una propiedad no solo implica pagar su precio, sino también afrontar los impuestos, tasas y honorarios que conlleva una operación inmobiliaria.
A diferencia de lo que sucede cuando adquirimos cualquier otro bien, la compra de un inmueble es bastante más compleja. Además de requerir una erogación considerable de dinero, muchas veces aparecen gastos “ocultos” que pueden alterar las cuentas y los cálculos iniciales.
Impuestos y tasas, gastos notariales y registrales, tasaciones, honorarios profesionales, costos de mudanza y hasta reformas y arreglos de la propiedad comprada son algunos de los gastos más comunes que es conveniente considerar.
Para formalizar la adquisición de un inmueble, este debe escriturarse. Y aquí surgen los primeros costos que muchos desconocen. El comprador debe abonar el Impuesto de Sellos, que equivale al 1,75% del precio de la propiedad registrado en la escritura, aunque se reduce si se trata de una vivienda única y familiar. También hay que tener en cuenta la tasa registral que se paga para inscribir el inmueble en el Registro de la Propiedad Inmueble (RPI), que actualmente puede ser de solamente el 0,3%.
En cuanto a los gastos por honorarios profesionales, hay dos aspectos a considerar: primero, los vinculados al proceso de escrituración de la escribanía, que suelen rondar entre el 1% y el 2% del valor de la propiedad; y segundo, los de la inmobiliaria, que generalmente cobra una comisión de entre el 3% y el 4% del bien adquirido. Además, el comprador debe pagar el aporte notarial, un costo adicional que se abona a la escribanía y que tiende a ser del 0,1% como máximo.
Hasta aquí, hemos mencionado los gastos ocultos propios de toda operación inmobiliaria. Sin embargo, en tiempos de expansión del crédito hipotecario, también es importante saber que al analizar qué préstamo tomar, es clave considerar el Costo Financiero Total (CFT) de cada banco, ya que este permite conocer el valor real del préstamo. El CFT incluye todos los cargos que tiene la operación, es decir, que además de la Tasa Nominal Anual (TNA), considera otros gastos como los seguros, las comisiones de apertura y de evaluación crediticia, el IVA sobre los intereses y los gastos e impuestos relacionados con la obtención del préstamo.
Más allá de impuestos y honorarios, todo comprador debe evaluar otras cuestiones. Los costos de mudanza, aunque evidentes, no son menores, y dependen, naturalmente, del volumen de cosas que deban trasladarse, así como de la distancia y el tiempo que implique.
Al adquirir una casa antigua o en mal estado, es fundamental considerar los costos de refacción. Aquí pueden presentarse dos situaciones: por un lado, están las reformas o mejoras que el nuevo propietario quiera realizar en el inmueble; por otro, hay reparaciones o arreglos imprescindibles que afectan la habitabilidad del inmueble. En estos casos, una buena estrategia es estimar esos gastos para poder negociar (y reducir) el precio de venta.
La compra de una propiedad es, para muchos, uno de los momentos más esperados. Por eso, conocer todos los gastos y trámites que conlleva es imprescindible para que ese momento de felicidad no se vea empañado por ninguna “sorpresa”.
Fuente: LA NACION