Mercado Inmobiliario

Cuántas casas compra una persona a lo largo de su vida: Estadísticas y factores a considerar

Cuántas casas compra una persona a lo largo de su vida: Estadísticas y factores a considerar

¿Cuántas casas compra una persona en su vida?

Un informe revela que en Argentina el promedio es de una o dos viviendas a lo largo de la vida, mientras que en otros países puede llegar a 10.
*9 de agosto de 2025*
*23:07*

Un análisis de la Cámara de Empresas de Servicios Inmobiliarios (Camesi) destaca la movilidad residencial en nuestro país comparada con la de otros lugares, evidenciando una diferencia notable. En Argentina, las personas cambian de casa en promedio solo una o dos veces en su vida, mientras que en Estados Unidos y el Reino Unido, este número asciende a entre ocho y diez viviendas.

Es común que en Argentina se pregunte cuántas casas compra una persona a lo largo de su vida, aunque este dato es más relevante en países con mercados inmobiliarios robustos. “Mientras en Estados Unidos una persona cambia de propiedad entre ocho y diez veces, en Argentina lo hace apenas una o dos”, afirman desde Camesi. Este estudio se centra en la compra de casas para habitar, excluyendo las adquisiciones por inversión.

El ciclo de recambio habitacional

El concepto que define esta dinámica es el “ciclo de recambio habitacional” o “tasa de movilidad residencial”. Este índice refleja la actividad del mercado y está vinculado a diversos factores: económicos, crediticios, familiares, laborales y de políticas públicas. En Argentina, este ciclo es bajo. Las razones son múltiples: el escaso acceso al crédito hipotecario, una fuerte cultura de permanencia y herencia familiar, alta informalidad laboral, y un mercado dolarizado con barreras de entrada muy altas. En las últimas dos décadas, menos del 10% de los argentinos accedió a un crédito hipotecario, lo que limita drásticamente las posibilidades de cambiar de vivienda.

Estados Unidos lidera el ranking en cuanto a ciclos de cambios: las personas mudan de vivienda entre ocho y diez veces en su vida. Este fenómeno se debe a un mercado altamente flexible, un sistema impositivo que favorece el movimiento, el abundante crédito hipotecario y una cultura que considera el cambio de casa como parte del progreso económico y familiar. Según un informe reciente de Redfin, en Estados Unidos la permanencia en cada casa ronda los 12 años.

En el Reino Unido, el ciclo de recambio alcanza entre seis y siete veces. El concepto de “housing ladder” o escalera habitacional es clave, ya que las personas comienzan comprando propiedades pequeñas y van subiendo peldaños conforme crecen sus ingresos y necesidades.

En Francia, el ciclo de cambio se sitúa entre cuatro y cinco veces por persona. Allí, el acceso a créditos con tasas bajas y fijas, la movilidad laboral y un mercado de compraventa ágil impulsan el recambio. Es común que las personas transiten por diferentes tipos de viviendas a lo largo de su vida: un departamento inicial, una casa suburbana y luego una propiedad más accesible en la vejez. En España, el comportamiento es similar, con tres a cuatro cambios habitacionales a lo largo de la vida, especialmente entre las nuevas generaciones urbanas.

En contraste, en Argentina, cambiar de casa es una decisión costosa, compleja y a menudo inalcanzable. Las propiedades pueden tardar más de seis meses en venderse si no están bien tasadas o promocionadas. La inversión emocional y financiera suele ser tan grande que inmoviliza cualquier intento de cambio. Esto impacta directamente en el desarrollo urbano: la baja movilidad frena la renovación barrial, impide la rotación del parque habitacional y genera ciudades estáticas. Así lo señala Mariano García Malbrán, presidente de Camesi y director de Keymex Latam y Argentina.

Estados Unidos, como se mencionó, encabeza la lista en cuanto a la cantidad de casas compradas a lo largo de la vida. Los analistas destacan que otro problema clave es la falta de opciones para nuevos compradores. Si no hay recambio, los jóvenes tienen pocas oportunidades de acceder a una primera vivienda. “Mientras que en otros países la vivienda es parte de una ruta de movilidad social y económica, en Argentina sigue siendo un destino final o, en el peor de los casos, un objetivo inaccesible”, concluye García Malbrán.

La desregulación del mercado inmobiliario, que se está comenzando a analizar, podría ser un primer paso hacia un mercado más activo y dinámico. Con el relanzamiento de créditos hipotecarios como el Plan de Reparación Histórica y los UVA, podría acortarse la brecha en el acceso a la vivienda en el país.

Por Paz García Pastormerlo
*Fuente: LA NACION*